En el uso de la tipografía nos hemos inspirado en los letreros de los puestos que tanto caracterizan a los mercados. Así pues, limitamos el diseño únicamente al uso de la tipografía. A partir de ahí, y escogiendo rigurosamente las tipografías más adecuadas, hemos definido varios grupos tipográficos.

Combinamos las tipografías de palo con las serifas, usamos el contraste de tamaños, planteamos composiciones espaciales sin retícula y definimos distintas tonalidades de rojo para conseguir ese desorden controlado que se respira en los mercados tradicionales.

Además, nos abre un universo de infinitas posibilidades que hemos aplicado en distintos soportes para tirar del concepto hasta obtener la identidad gráfica de la campaña. Improvisación, festividad, espontaneidad, ritmo y efervescencia, son valores que también queremos comunicar a partir del aparente desorden tipográfico de la campaña gráfica.